Trastorno de Ansiedad Social


Sentir ansiedad es normal en algunas situaciones sociales. Por ejemplo, tener una cita importante de trabajo o romántica o hablar ante un gran público puede causar esa sensación de nerviosismo.

En circunstancias adversas, es posible experimentar ansiedad como una respuesta ante el peligro y la incertidumbre, mantiene activo el sentido de supervivencia, y por lo tanto puede ayudar a reaccionar para protegernos mediante reacciones de defensa o huida.

Pero en el trastorno de ansiedad social, también llamado «fobia social», el contacto social y las interacciones cotidianas causan ansiedad, inseguridad y vergüenza de forma constante por miedo a la opinión de los demás.

Esto conduce a niveles de estrés grave que como consecuencia genera un deterioro en las relaciones sociales y afectivas, así como en las funciones ocupacionales como el trabajo, la escuela y otras actividades.

De este modo el trastorno de ansiedad social se convierte en un problema crónico de salud mental que debe ser tratado para ayudar al paciente a conseguir mayor confianza y capacidad para interactuar socialmente, mejorando su calidad de vida y recuperar la salud mental.

No todos los trastornos de ansiedad deben tratarse farmacológicamente cuando los síntomas son leves, transitorios y sin deterioro asociado en la función social y ocupacional.

Sin embargo, el tratamiento está indicado cuando un paciente muestra angustia marcada o sufre complicaciones derivadas del trastorno (por ejemplo, depresión secundaria, ideas suicidas o abuso de sustancias).

Los pacientes deben recibir “psicoeducación” sobre su diagnóstico, la posible etiología y los mecanismos de acción de los enfoques de tratamiento disponibles. El plan de tratamiento debe incluir psicoterapia, farmacoterapia, acupuntura y otras intervenciones, que deben elegirse después de una cuidadosa consideración de los factores individuales, por ejemplo, la preferencia del paciente, el historial del paciente con intentos previos de tratamiento, la gravedad de la enfermedad, las comorbilidades tales como trastornos de la personalidad, suicidio, disponibilidad de métodos de tratamiento, tiempo de espera para citas de psicoterapia y otros factores.

El tratamiento más adecuado dependerá de varios factores, como la intensidad de los síntomas, la frecuencia y si causan o no un deterioro en la función social y ocupacional.

Se ha demostrado que los tratamientos multidisciplinarios que incluyen un tratamiento farmacológico, psicológico y de medicina complementaria como la acupuntura, la herbolaria o la homeopatía son más efectivos y los resultados se mantienen durante meses o años después de la finalización del tratamiento, a diferencia de los tratamientos tratados con una sola disciplina.


Referencias

Bobes J., Bascarán, M. T., Bousoño M., García-Portilla, M. P. y Saiz, P. A. (2003). Trastorno de ansiedad social. Salud Global, 3 (6), 1 – 7.

Macià D., Olivares, P. J. y Amorós-Boix, M. (2012). Detección e intervención conductual-cognitiva en adultos-jóvenes con fobia social generalizada. Anales de psicología, 28 (1), 19 – 27.

Zubeidat, I., Parra, A. F., Sierra, J. C., Salinas, J. M. (2008). Evaluación de factores asociados a la ansiedad social y a otras psicopatologías en adolescentes. Journal of New Medicine, 5 (10), 10 – 22.

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